Atentado de Riocentro

El atentado, perpetrado por sectores del Ejército Brasileño, insatisfechos con la apertura democrática en ciernes, acentuó las contradicciones de cara a la democratización del país, completada cuatro años después, con las primeras elecciones presidenciales de Brasil en 24 años.

Con el evento ya en marcha, una de las bombas explosionó prematuramente dentro del coche, con los dos militares dentro, en el aparcamiento de Riocentro, matando al sargento e hiriendo gravemente al capitán Machado.

Figueiredo se comprometió a dar continuidad al proceso de apertura que este había iniciado.

Ante la falta de un peligro evidente, el ala más radical de las Fuerzas Armadas estaba dispuesta a forjar amenazas para justificar una vuelta a la represión más violenta, tal y como se hizo en el gobierno del general Emílio Médici.

La coordinación general de los guardas jurados fue transferida a otro operario, un mecánico sin cualquier experiencia en el área.

Un mes antes de eso, el antecesor del teniente Wachulec hubo dimitido sin justificación alguna.

La Policía militar acostumbraba a destacar hombres de patrulla en tales eventos.

El coche que cargaba la bomba -un Puma GTE color ceniza-metálico placa 0297 - hubo sido visto en la tarde de aquel mismo día en el restaurante Cabana da Serra, parado junto a otros seis coches.

Una pareja atendió la llamado, pero, dada la superioridad numérica de los hombres, se limitó a anotar las placas mientras pedía refuerzos.

El capitán Machado anduvo unos 200 metros gimiendo, se sentó en una escalera que daba acceso a la platea, donde fue socorrido 25 minutos después por la nieta del futuro presidente Tancredo Neves, Andrea Neves, que llegaba con retraso al show.

Los artistas fueron avisados a medida que dejaban el escenario y de forma discreta.

La platea solo fue informada al final del show, cuando el compositor y cantante Gonzaguinha subió al escenario y dijo: "Personas contra la democracia colocaron bombas allá fuera para amedrentarlos".

Las redacciones de periódicos comienzan a recibir informaciones sobre el atentado y algunas de ellas reciben rumores anónimos informando que un tal "Mando Delta" había actuado en Riocentro para “acabar con manifestaciones subversivas”.

A los pocos días, fue abierta una investigación oficial, dirigida por el coronel Luís Antônio do Prado Ribeiro.

Se reabrió en 1999, a solo unos meses de su prescripción, cuando el antiguo jefe del SNI, general Octávio de Medeiros, dijo que supo del atentado una hora antes que aconteciera.

Wilson Hacha fue indiciado también por la antigua ley de Seguridad Nacional, crimen que está prescrito.