También tenía una ametralladora Gatling de 11 mm (0.44 in) en la cofa del palo mayor.
Estaba al mando del capitán de fragata José Sánchez Lagomarsino, y como voluntario Juan Guillermo More.
Producto de esta aproximación, las defensas peruanas del morro de Arica, al mando del coronel Arnaldo Panizo, abren fuego contra el Huáscar, a los que se une el monitor Manco Cápac.
Por el lado chileno entra también en combate la cañonera Magallanes, que al inicio estaba a 6 millas al norte del puerto, produciéndose un intercambio de disparos que se prolonga hasta las 9:20 a. m. Producto de este cañoneo, el Huáscar recibe 3 impactos sin consecuencias.
Nuevamente se traba combate con las defensas peruanas, incluyendo a las baterías situadas en la playa.
Otra granada de los fuertes dio en el palo trinquete, causándole severos daños.
Entre la tripulación del monitor peruano, estaba el capitán de navío Juan Guillermo More, que acudió como voluntario.
Muchos proyectiles cayeron en la población, lo que ocasionó la muerte de 5 civiles e hirió a otros 11, entre los primeros se encontraba Adrián Roseto, niño de ocho años, y entre los segundos otros dos infantes.
Las bajas militares peruanas se limitaron a 3 soldados muertos y cuatro heridos entre estos un capitán.
El contraalmirante Riveros, al enterarse el 28 de febrero de la muerte del capitán Thomson, rápidamente se dirigió a Arica con el blindado Blanco Encalada, los transportes artillados Angamos e Itata, y la lancha torpedera Janequeo, viajando en el convoy el Ministro Rafael Sotomayor.
Los bombardeos no fueron eficaces, tanto por la gran distancia desde que se ejecutaba como porque los proyectiles cónicos atravesaban sin encontrar resistencia ni estallar las endebles construcciones de la costa del Perú.
La única molestia fue que el ejército peruano se retiró a las lomas inmediatas.