En Cortina d'Ampezzo se encuentra la basílica de los Santos Felipe y Santiago.
Los orígenes de la diócesis de Belluno son inciertos, si bien los catálogos episcopales diocesanos, que se remontan a los siglos XV y XVI, atestiguan un origen antiguo, hasta el siglo II.
Aquí se encontró el sarcófago, luego perdido nuevamente, que lleva la inscripción "Felix ep(iscopu)s".
Sin embargo, no hay evidencia del obispo Giovanni, quien fue perseguido por los bizantinos por haberse opuesto a la condena de los Tres Capítulos.
Este poder temporal fue reconocido al obispo Ezemano, con un diploma imperial expedido en 1031 por el emperador Conrado II,[3] al que siguió la concesión de la immunitas por parte de Otón I.
La unión aeque principaliter se produjo en los últimos años del siglo XII.
El primero fue alcanzado por un entredicho y excomuniones, que tuvieron también consecuencias prácticas en la vida de los fieles (por ejemplo la imposibilidad de acercarse a los sacramentos o recibir la sepultura definitiva).
Mientras que al segundo, el obispo legítimo, se le impidió tomar posesión de la sede.
La situación se resolvió con el nombramiento en 1536 del obispo y cardenal Gasparo Contarini.
Sebastiano Alcaini tuvo que presenciar la tormenta napoleónica que condujo al cierre de conventos, al saqueo de iglesias, a la dispersión del patrimonio litúrgico.
El obispo Giuseppe Foschiani llamó al padre Felice Maria Cappello para dirigir el periódico, que tuvo que abandonar seis meses después por ser sospechoso de modernismo.