Francisco de Silos

Esto último ha llevado a pensar que existía una familia de músicos en Tarazona con el apellido Silos.

En las actas aparecen «faltas del maestro de Capilla», que Mandura relata de la siguiente manera:[4]​: 63–65 Del texto anterior resulta interesante que se considera que la remuneración de Silos es considerada suficiente por las dos partes y que Mandura considera la capilla del Pilar como inferior a la propia.

[4]​: 65 Cerrado el relato de Mandura tras su muerte en 1604, las actas del cabildo dan noticias dispersas sobre Silos.

[4]​: 66 En enero de 1609 hubo problemas mayores con el Cabildo, que amenazó con despedir al maestro:[4]​: 66 Los roces fueron en aumento, hasta que en 1611 el Cabildo acuerda «[q]ue se trate de acomodar al maestro de capilla y que esto lo traten con él los señores de la Junta de Hacienda; y que deje el magisterio y se provea a otro en el mismo oficio.» Parece que la separación fue por acuerdo de ambos, llegando a un convenio económico.

En una votación en el Cabildo de 18 a favor y 13 en contra, se decidió reinstalar a Silos en una segunda votación en la que los contrarios, incluido el Deán, abandonaron la sala:[4]​: 71–73

En 1623 «el maestro de capilla pidió que por sus servicios se le hiciere presente en el coro todos los días que no hubiese cantoría y se resolvió que todos los días que estuviese ocupado por su oficio, excusándose, le hagan presente pidiendo licencia al Señor Presidente.» Lo que podría indicar falta de salud, si se tiene en cuenta que dos años más tarde, en noviembre de 1625, obtuvo un mes de convalecencia con relación de los médicos.

[4]​: 76  Su estilo se encuadra dentro de la música española polifónica renacentista.