Los primeros estudios realizados sobre la actividad homosexual entre mujeres provienen precisamente de la población reclusa.
Al igual que los más conocidos berdaches, existían «dos espíritus» femeninos, aunque no eran tan frecuentes.
Los primeros registros históricos estadounidenses relacionados con la conducta homosexual femenina no provienen de fuentes simpatizantes con las lesbianas o las mujeres en general.
Margaret Otis publicó «A Perversion Not Commonly Noted» («Una perversión poco conocida») en el Journal of American Psychology de 1913, mezclando una decidida base moral puritana con una casi revolucionaria simpatía hacia las relaciones lésbicas.
[5] Este documento proporciona una visión poco común de un contexto estrictamente controlado por un supervisor del correccional.
Entre los miembros más notables cabe destacar a lesbianas prominentes como Katherine Anthony, Sara Josephine Baker, Helen Hull y Elisabeth Irwin.
Estableciéndose paralelamente en San Francisco, el Club 440 de Mona se convirtió en el primer bar lésbico reconocido.
[10] Con el advenimiento del movimiento feminista, las lesbianas encontraron una manera para expresar preocupaciones compartidas con las mujeres heterosexuales.
[11] Por otra parte, el Metropolitan Community Church se fundó en 1968, la primera asociación cristiana de gais y lesbianas.
En 1969, el fundador de la Iglesia, el reverendo Troy D. Perry realizó el primer matrimonio entre personas del mismo sexo conocido en Estados Unidos.
Desde 1965, en la Costa Este las organizaciones homófilas asediaron la Casa Blanca, el Pentágono, Naciones Unidas y el Independence Hall, exigiendo un fin a la discriminación homófoba.
Aunque los manifestantes eran pocos, recibieron bastante cobertura mediática a nivel nacional (generalmente desfavorable).
En 1969, Rita Mae Brown, junto a otras muchas lesbianas, tomó parte en los disturbios de Stonewall.
[13] En ese punto, con amigos en la comunidad religiosa y la científica, las lesbianas comenzaron a hacer progresos.
Pensadoras radicales comenzaron a realizar alianzas y publicar pionera literatura separatista lésbica.
Este tratado, The Woman-Identified Woman, es considerado como uno de los trabajos pioneros del feminismo lésbico.