Manuel Antonio Matos

Ello, unido al carácter represivo del gobernante y sus continuos conflictos con los sectores empresariales, ocasionaron un conflicto, que cobró forma militar en 1901 gracias a la organización y liderazgo de Manuel Antonio Matos.

[1]​ Tras su salida del gabinete presidencial en 1913, Matos continúa dedicándose a la formación de una estructura bancaria y financiera sólida para Venezuela, retirándose de la vida pública en 1920 y asentándose en París, donde fallecería 9 años después.

[7]​ En línea paterna sus abuelos fueron Carmen Tinoco Urayn y Manuel Antonio Matos Monserrate.

A pesar de su origen noble, Monserrate profesaba firmes ideas liberales que causaban polémica en la cerrada y conservadora sociedad colonial, lo que lo llevó a tener un altercado con las autoridades, siendo militar, fue acusado de insubordinación en 1786, cayendo preso por causa de dichos cargos el mismo año, debiendo permanecer encarcelado por un año y medio.

Posteriormente retomó su carrera militar, alcanzando el rango de Capitán del Ejército.

[9]​ Con una familia de tal preponderancia política, militar y económica, no es de extrañar, que el joven Manuel Antonio Matos fuera educado para asumir los negocios familiares y mantener la centenaria tradición política de su familia, pero, si bien en efecto su participación en los acontecimientos políticos y militares ulteriores, sería notoria, sería en las finanzas en lo que más destacaría el joven.

La reorganización de todas las propiedades familiares, junto con sus inversiones, le permiten expandir aceleradamente su fortuna.

Con la llegada al poder de Guzmán Blanco, también lo hacen numerosas personalidades del Liberalismo, todas familiarizadas con Manuel Antonio Matos, pero también se instaura en el país una visión político-económica orientada hacia el Modernismo Europeo, entre cuyos aspectos se encuentra una profunda reorganización económica, la cual sólo podía ser liderada por una persona, Manuel Antonio Matos.

Su mítica fortuna, se extendía, ya entonces, sobre inversiones bancarias, casas comerciales, vastas extensiones territoriales (haciendas, hatos, etc.) y acciones en múltiples compañías nacionales e internacionales.

El daño ya estaba hecho, la clase financiera del país se había enemistado con Castro y ahora su odio sería uno de los factores que detonarían un movimiento que alinearía un grupo de caudillos con la aristocracia venezolana y las más poderosas transnacionales.

La inevitable expulsión de Jauret será el detonante para que los grandes centros de información vayan intensificando su insidia publicando a diario insolentes caricaturas y bochornosos artículos contra el primer mandatario.

Este dinero había sido aportado en los Estados Unidos por la empresa asfaltera norteamericana New York & Bermúdez Company y otras transnacionales que se oponían al gobierno de Castro.

En diciembre de 1901 el barco llega a Marigot, Saint Martin, donde es equipado con cuatro cañones y luego navegaron a Martinica para el embarque de una fuerza revolucionaria formada por trecientos venezolanos bien armados.

La tripulación regular, incluido el capitán Chistopher Willis, contratado en Southampton bajo engaño, (según relato posterior del mismo capitán) siendo informado que la misión era apoyar al gobierno colombiano y no una revuelta contra Castro.

De esta manera, un grupo de caudillos, entre los cuales se encontraban Luciano Mendoza, Amábile Solagnie, Roberto Vargas Díaz, Ramón Guerra, Nicolás Rolando, Gregorio Segundo Riera, Juan Pablo Peñaloza, José María Acosta López, Pablo Guzmán, Rafael Montilla, Pedro Ducharne, Horacio Ducharne, Domingo Monagas Marrero, Luis Loreto Lima y Antonio Fernández coordinados por Matos consolidan una coalición militar que procede a atacar a Castro y a sus fuerzas a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

Venezuela estaba ahora siendo sacudida por la Revolución de Matos, el país y su estabilidad temblaban.

Ante esto, Cipriano Castro se atrinchera en La Victoria (Estado Aragua) para confrontar semejante masa militar, con 6.000 hombres.

Así, el presidente Castro personalmente confronta a sus oponentes en una batalla que se extendió durante casi todo el mes de noviembre, hasta que finalmente, debilitadas, las restantes fuerzas de la Libertadora se retiran, otorgándole la victoria.

Su concuñado y aliado Antonio Guzmán Blanco había fallecido, el "Liberalismo Amarillo", había caído con el fracaso de su revolución, Castro permanecía en el poder, y si bien continuaba disponiendo de su vasta fortuna y su red de inversiones, ya no había ningún respaldo político del cual pudiera valerse.

Eran las principales potencias mundiales luchando en territorio venezolano, por los intereses de sus ciudadanos en el país y buscándo el pago inmediato de toda la deuda externa sumiendo al país en una grave crisis internacional.

Venezuela irá prosperando económicamente a la par que Gómez consolidará su poder, y posteriormente, valiéndose de las excelentes relaciones que Matos tejió con el extranjero, permitirá una vasta red de concesiones petroleras, cuando el país entre a esa etapa, y pagando la deuda externa.

Manuel Antonio Matos es, tradicionalmente, la representación del sector de clase ultra baja venezolana.

María Ibarra de Matos. 1895. Óleo sobre tela. 229 x 150 cm. Autor: Arturo Michelena
Durante el Gobierno de su concuñado Antonio Guzmán Blanco, Matos fue su administrador y Ministro de Hacienda
Matos también fue encargado de la operación para poner en circulación el Bolívar venezolano
Cipriano Castro y su gabinete presidencial
Manuel Antonio Matos con un grupo de Caudillos de la Revolución Libertadora
Juan Vicente Gómez fue quien lideró las fuerzas gubernamentales contra la Revolución Libertadora
Juan Vicente Gómez se favoreció de las conexiones de Matos a comienzos de su dictadura
Retrato del archivo audiovisual de la Biblioteca Nacional de Venezuela.