Se inició así una etapa conocida como la Hegemonía Andina bajo la influencia de Juan Vicente Gómez.
Castro recibió el apoyo del ministro de Relaciones Exteriores argentino Luis María Drago, quien anunció la Doctrina Drago, la cual establece que ningún Estado extranjero puede utilizar la fuerza contra una nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera.
[12] Esto generó un fuerte rechazo por parte del gobierno de los Estados Unidos y presidente Theodore Roosevelt amenazó con aplicar la Doctrina Monroe y conminó a las partes a una reunión conciliatoria que culminó con los Protocolos de Washington que dieron fin al conflicto.
El militar venezolano Carlos Rangel Garbiras lideró la invasión y se enfrentó al gobierno en la Batalla de San Cristóbal, el liberal colombiano Rafael Uribe Uribe luchó del lado del gobierno y expulsaron a las tropas conservadoras, por lo que Carlos Rangel Garbiras se exilió en Colombia.
Castro reaccionó financiando rebeldes que se enfrentaron al gobierno colombiano en La Guajira con resultados negativos.
[3] La expedición venezolana se transportó por mar a bordo de tres barcos de guerra (Miranda, General Crespo y el Zumbador), al llegar frente a Riohacha la escuadrilla bombardeo la ciudad por varias horas tras lo que desembarco la tropa.
[cita requerida] Cipriano Castro entró en conflicto con las compañías extranjeras que financiaron la Revolución Libertadora.
[20] Esto se concretó en un juicio entablado contra la New York & Bermúdez Company y la expropiación de la Orinoco Steamship Co.
Estos recibieron financiamiento de varias empresas extranjeras que operaban en Venezuela descontentas con el nuevo gobierno.
[28] El general Ramón Guerra es arrestado[29] y Juan Vicente Gómez es comisionado a enfrentar la rebelión.
Se unen a la rebelión Roberto Vargas Díaz, Nicolás Rolando Monteverde, Gregorio Segundo Riera, Juan Pablo Peñaloza, Domingo Monagas Marrero, Carlos Rangel Garbiras, Lino Duarte Level, Santos Dominici, Tomás Funes, John Boulton, José María Ortega Martínez entre muchos otros en todo el territorio nacional.
Domingo Monagas Marrero sugirió evitar enfrentar a las tropas del gobierno y marchar directamente hacia Caracas, sin embargo, Luciano Mendoza y Manuel Antonio Matos decidieron aplazar el ataque a Caracas a través de los valles del Tuy y en su lugar eligieron ir de frente contra el restaurador en La Victoria con lo que esperaban un triunfo definitivo terminara la guerra.