Ha sido y es utilizado como embriagante enteogénico por los mazatecos en el sur de México.
El micólogo estadounidense Paul Stamets escribió que este hongo se distingue porque crece en racimos sobre la madera podrida, por su color anaranjado y porque mantiene la forma cónica de su sombrero luego de madurar.
[2] Un sombrero seco en P. yungensis se va desvaneciendo al marrón amarillento opaco o el color de la «paja sucia».
El espaciado de las láminas es estrecho, casi abarrotado, y el color es inicialmente gris opaco, luego al madurar los basidios e iniciar a producir esporas el color cambia a marrón violáceo.
No queda ningún anillo en el tallo después de que desaparece el velo.
Estos son traslucidos, poseen por lo general cuatro esporas (aunque en raras ocasiones están presentes dos o tres esporas en las células) y sus dimensiones van de 13-19 por 4,4-6,6 μm.
[4] Los pleurocistidios (cistidios en la cara de las láminas) se encuentran hinchados (ventricosos) cerca de la base y a menudo son mucronados (que terminan abruptamente en punta) en el ápice, y miden 14-25 por 4,4-10,5 μm.
Argumentó que dada la alta biodiversidad en Sudamérica, la especie se originó allá y luego llegó a México a través de los bosques mesofíticos de alisos (Alnus spp).
[11] Psilocybe yungensis es una especie saprótrófica y lignícola que contribuye a la degradación de la materia orgánica depositada en los suelos y al ciclo de nutrientes en los bosques donde crece.
Los estudios posteriores mostraron que las variaciones morfológicas anteriores no justificaban el reconocimiento individual, debido a la naturaleza variable de estas características y la existencia de formas intermedias.
Thomas ingirió 20 pares de setas para verificar los efectos del hongo y reportó «un efecto atenuado, pero indiscutible, acompañado de visiones geométricas», mientras que Wasson ingirió 12 pares e indicó que tuvo alucinaciones «bastante extensas y la misma sensación de euforia».
Argumenta que si bien la especie nunca ha sido reportada en Perú, el país se «encuentra ciertamente dentro de su ámbito geográfico» al encontrarse ya en hábitats similares en Colombia, Ecuador y Bolivia.
[36] Al ser ingeridos oralmente, la psilocibina contenida en las setas se metaboliza en el hígado transformándose en psilocina, la molécula responsable de los efectos psicotrópicos en el ser humano.
[38] La psilocina actuará acoplándose a los receptores 5-HT2A del sistema nervioso central.
[41] Debido a lo anterior, la psilocibina se encuentra en investigación a nivel de ensayos clínicos para su uso en el tratamiento de adicciones, la ansiedad por la muerte y la depresión severa.
[42][43][nota 2] No obstante, al igual que con las microdosis psicodélicas de psilocibina, es posible que los pacientes o usuarios reporten síntomas negativos como ansiedad, malestar físico y la concentración disminuida.
[51] En cambio, para P. caerulescens el nombre vernáculo es 'ntí ki so, que significa «deslizamiento de tierra».