Reconquista Tudor de Irlanda

Tras la fallida rebelión contra la corona encabezada por la familia FitzGerald (Geraldines) en 1534-1537, Enrique VIII en 1542 fue proclamado rey de Irlanda por el Parlamento irlandés, con el objetivo de restaurar la autoridad central que se había perdido durante los doscientos años anteriores.

[1]​ Este periodo se prolongó durante 60 años, alternando fases de negociación con auténticas campañas militares, hasta 1603, año en el que, finalmente, el país entero fue controlado por Jacobo I, y su consejo privado en Dublín.

El imperio español intervino en numerosas ocasiones durante la Guerra anglo-española (1585-1604), y los irlandeses se encontraron frecuentemente atrapados entre su deber de obediencia al Papa y su lealtad al monarca de Inglaterra e Irlanda.

En 1495, durante un parlamento convocado por el Lord Diputado sir Edward Poynings se aprobó la conocida como Ley de Poyning que imponía el estatuto legal inglés sobre toda Irlanda, subordinando de esta forma el parlamento irlandés al inglés.

Destacó especialmente la creación del condado de Tyrone, que fue creado para la dinastía Ui Neill en 1542.

[6]​ En la práctica, los jefes gaélicos aceptaron sus nuevos privilegios pero continuaron gobernando sus territorios de la misma manera que lo habían hecho en el pasado.

Para los Señores Irlandeses, el monarca inglés no era más que una especie de Lord Supremo.

Los jefes gaélicos continuaron con sus guerras privadas, ignorando al gobierno de Dublín y sus leyes.

Los poderes del senescal eran los conferidos por la ley marcial, lo que les permitía autorizar ejecuciones sin juicio con jurado.

De esta manera, se esperaba que los lores irlandeses controlaran los asaltos realizados por sus propios seguidores.

El fracaso de esta política provocó que los ingleses buscasen soluciones a largo plazo para pacificar Irlanda.

Una de estas soluciones fue la conocida como Composición, mediante la cual se abolieron los ejércitos privados y las provincias ocupadas por tropas inglesas fueron puestas bajo el mando Presidentes Provinciales.

La imposición de este acuerdo estuvo marcada por una implacable violencia, particularmente en Connacht, donde los MacWilliam Burke se enfrentaron al presidente provincial inglés Richard Bingham, y su subordinado, Nicholas Malby.

No obstante, este método tuvo éxito en otras zonas, como en Thomond, donde recibió el apoyo de la dinastía gobernante O'Brien.

Las colonizaciones se habían intentado en los años 1550 en los condados de Laois (conocido también como "condado de la reina" en honor a María I) y Offaly, y nuevamente en Antrim en 1570, con un éxito limitado en ambas ocasiones.

Por lo tanto, el compromiso ferviente hacia el catolicismo estaba ganando influencia mayoritariamente en la comunidad de ingleses viejos.

Sin embargo, en 1595, O'Neill se unió a los rebeldes durante la guerra de los nueve años, que se desarrolló principalmente en el Ulster; O'Neill no quería llegar a acuerdos con la autoridad inglesa, sino eliminarla.

En términos más amplios, fue parte de la Guerra anglo-española que tuvo lugar entre 1585 y 1604.

A comienzos del siglo XVII, el país se polarizó entre católicos y protestantes, especialmente después del asentamiento de una gran población inglesa en Irlanda y de escoceses presbiterianos en Ulster.

Henry Sidney , lord diputado de Irlanda durante el reinado de Isabel I , saliendo del Castillo de Dublín . Detalle de una ilustración titulada The Image of Irelande , por John Derrick. (Londres, 1581).