Debió haber iniciado simultáneamente con la batalla naval del Helesponto, en la cual, su hijo Crispo derrotó a la armada liciniana, comandada por el almirante Abanto.
Por otra parte, como ahora el emperador controlaba Iliria, contaba con el acceso a los mejores recrutas del imperio.
Licinio nombró a Martiniano, un magister officiorum de su corte, como coemperador en Lámpsaco (actual Lapseki) situada en la orilla asiática del Helesponto.
Licinio, sin saber cómo enfrentar el asedio militar al que estaba sujeto, abandonó Bizancio refugiándose en Calcedonia de Bitinia,[7] para reagrupar sus fuerzas restantes e intentar oponerse a Constantino.
[8] El emperador se dirigió con su fuerza principal hacia Anatolia, enfrentándose a su rival en la batalla de Crisópolis, en donde obtuvo una victoria decisiva.