Batalla de Sigüenza

El episodio más importante fue el sitio a su catedral, donde se refugiaron cerca de 800 personas, entre tropas republicanas y civiles, para resistir a los sublevados en espera de refuerzos, que nunca llegaron.

Varias horas después llega una nueva columna del batallón «Pasionaria».

Una sutil referencia a lo que sucedió después de la rendición la encontramos en el libro del coronel en la reserva José Mª Manrique, en Sangre en la Alcarria (Galland Books, 2009), un relato de la guerra en Sigüenza, donde recuerda que ese día las fuerzas que asaltaron el templo-fortaleza comenzaron la clasificación de 738 presos, de los que 500 eran combatientes.

En esta lista aparecen 333 presos, y en ella aparecen algunos nombres nuevos pues en ese periodo (octubre-enero) otros 14 presos habían llegado desde otras procedencias.

Hoy existen testimonios que indican que los prisioneros fueron trasladados atados por los codos a la Alameda, siendo encerrados en el teatro Capitol para la clasificación, exceptuando los ancianos, mujeres y niños que fueron inicialmente encerrados en las escuelas y liberados poco después.