Así, como han señalado Solé i Sabaté y Villarroya,[5] «la guerra civil española inició un camino que pasó por Madrid, Durango, Jaén, Guernica, Cartagena, Alicante, Valencia, Alcañiz, Reus, Tarragona, Lérida, Barcelona, Granollers, Figueras [todas ellas ciudades republicanas bombardeadas por la Legión Cóndor alemana, la Aviación Legionaria italiana o por la aviación sublevada propiamente dicha], que continuó [durante la Segunda Guerra Mundial por Varsovia, Róterdam, Londres, Coventry, Hamburgo, Berlín, Dresde.
Al principio obtiene éxitos relativos, retrasando a las tropas franquistas en su avance para unir las dos zonas sublevadas.
Esto levantó los ánimos de los marroquíes contra los españoles y solo la intervención del gran visir Ahmed Ganmia logró salvar la situación (por esta acción el gran visir recibiría la Cruz Laureada de San Fernando, que le fue impuesta personalmente por el general Francisco Franco).
«Al final lo que consiguió este bombardeo fue irritar a los marroquíes y aglutinarles alrededor de los sublevados».
También tuvo mucha importancia para abortar la sublevación en Albacete la actuación de los aviones con base en Los Alcázares (Murcia) que bombarderon la ciudad, causando algunas víctimas entre la población civil, entre ellas tres mujeres y dos niñas.
[16] En cambio no tuvieron éxito los ataques aéreos sobre los sublevados en Zaragoza, Huesca, y Valladolid que siguieron en manos de los militares rebeldes.
En las semanas siguientes los bombardeos sobre la estación de ferrocarril continuaron causando muchos daños en los barrios aledaños, y algunas víctimas más.
[17] Las dos ciudades en poder de los sublevados más castigadas por los bombardeos republicanos fueron Granada y Oviedo, ya que ambas estaban completamente rodeadas por las fuerzas leales.
Esta última sufrió numerosos bombardeos por Savoia-Marchetti S.M.81 italianos, ya que permaneció leal a la República durante prácticamente toda la guerra.
Gracias a que las dotaciones de esos barcos se rebelaron contra sus oficiales, que estaban comprometidos en el golpe, los sublevados no pudieron disponer inicialmente del Ejército de África, compuesto por la Legión Extranjera y los regulares (tropas formadas por marroquíes mandados por oficiales españoles).
Gamel Woolsey, esposa de Gerald Brenan, explicaba así las represalias a los bombardeos aéreos en su obra "Málaga en llamas" publicada en 1939:[33]
Los hechos ocurrieron en alta mar cuando el barco iba rumbo a la base naval de Cartagena para ser reparado y la marinería se amotinó exigiendo su ejecución.
El gobierno vasco presidido por José Antonio Aguirre reaccionó inmediatamente y ordenó una investigación judicial para determinar las responsabilidades de los hechos.
Fueron detenidas 61 personas, aunque finalmente las condenas a muerte no se cumplieron, pero fue la primera vez en ambos bandos en que las autoridades investigaron un caso de represalias por bombardeos (en todos los demás los responsables quedaron impunes).
La propaganda franquista atribuyó el ataque al crucero Canarias, que ese día se encontraba en reparación en Ferrol.
Cuatro personas que presuntamente habían hecho señales desde un edificio para orientar el bombardeo fueron detenidas y fusiladas a continuación.
"Era la primera vez que de un modo tan violento se atacaba desde el aire, en Vizcaya, a una población situada en la retaguardia.
En alguno ocasión lo que lanzaban los aviones eran octavillas llamando a la rendición de la ciudad firmadas por el general Mola.
También resultó afectado el submarino republicano C-4 que marchó hacia Burdeos para reparar las averías pero ya no regresó.
Cuando los sublevados ocuparon finalmente Gijón se encontraron con una "visión dantesca" del puerto por la cantidad de buques hundidos o semihundidos que había en él.
Por último, Madrid durante la campaña del norte continuó siendo bombardeada casi a diario por la artillería franquista situada en la Casa de Campo.
La 46.ª División mandada por "El Campesino" escapó o huyó, según las diferentes versiones, y la ciudad fue reconquistada por los sublevados.
La orden del ataque la recibió el general jefe de la Aviación Legionaria en Baleares, en la noche del 16 de marzo, en la que se le decía Iniziare da stanotte azione violenta su Barcelona con martellamento diluito nel tempo (Iniciar desde esta noche acción violenta sobre Barcelona con un martilleo espaciado en el tiempo).
Durante los dos meses siguientes los parte de guerra del bando sublevado no mencionan ningún bombardeo sobre su retaguardia.
Según un informe oficial republicano los panecillos caídos sobre Alicante iban envueltos en papel de seda con la siguiente inscripción:[162]
En el del día 1 uno de los cinco bombardero Savoia-Marchetti S.M.81 fue derribado por las defensas antiaéreas y sus seis tripulantes italianos fueron hechos prisioneros.
Los bombardeos artilleros sobre Madrid continuaron (especialmente duro fue el del día 2 de noviembre que causó numerosas víctimas).
[176] A medida que el ejército franquista se iba acercando, Tarragona fue bombardeada cada vez con mayor intensidad.
[191] En Reus la destrucción fue aún mayor, pues resultaron destruidos 218 edificios y dañados 587, lo que representaba el 21 % del total de la ciudad.
No existe un estudio similar global para los bombardeos sobre la zona republicana, pero sí se han realizado investigaciones parciales.