El autor es anónimo, aunque la referencia interna a «nuestro hermano Timoteo» (Hebreos 13:23) provoca una atribución tradicional a Pablo, pero esta atribución se discute desde el siglo II y no hay pruebas decisivas de la autoría.
[8] Se presenta una exhortación basada en la doctrina expuesta: si Jesucristo es superior a los ángeles, su enseñanza requiere una obediencia aún mayor que la dada a la «palabra anunciada por medio de ángeles» (v.
En la Antigua Alianza, Dios aseguró la firmeza de su palabra mediante castigos justos contra la infidelidad y la desobediencia.
Los cristianos deben permanecer fieles a Cristo, ya que Él no solo es el origen y fundamento de la salvación, sino que ha sido constituido «Señor del Universo».
Como hombre, todo le ha sido sometido, incluido el «mundo futuro» (v.
Este «mundo futuro», aunque iniciado con la resurrección y glorificación de Jesús, alcanzará su plenitud definitiva en su segunda venida (v.
9), Cristo se convierte en Señor de todo, y hasta la misma muerte está sometida a Él.