La idea de cambiar los dígrafos, como el «ch» del francés para «ŝ» o el «sz» del húngaro para «s», dio origen a las letras con diacríticos, o como se las llama en esperanto ĉapelitaj literoj (letras con sombrero).
Los supersignos muestran sonidos que no estaban originalmente en el alfabeto latino.
En el período del proto-esperanto, Zamenhof usó signos inspirados en la ortografía polaca, pero finalmente se decidió a utilizar el circunflejo (francés) como una bella manera de formar las letras necesarias en esperanto: Ĉ, ĉ, Ĝ, ĝ, Ĥ, ĥ, Ĵ, ĵ, Ŝ, ŝ.
El diacrítico para la ŭ fue tomado del alfabeto cirílico, es llamado «luneto» y sirve para mostrar la semivocal.
Sin embargo, estos diacríticos no constaban en las máquinas de escribir y ni siquiera aparecen en los teclados actuales.