Durante la Edad Media San Miguel de Lomba quedó integrado en el Reino de León, cuyos monarcas habrían acometido la repoblación de la localidad dentro del proceso repoblador llevado a cabo en Sanabria.
Tras la independencia de Portugal del reino leonés en 1143 la localidad habría sufrido por su situación geográfica los conflictos entre los reinos leonés y portugués por el control de la frontera, quedando estabilizada la situación a inicios del siglo XIII.
Tradicionalmente los habitantes de este pueblo se han dedicado a la agricultura y ganadería.
Desde mediados del siglo XX la mayor parte de la población joven comenzó a emigrar, preferentemente a Éibar, Madrid y otras provincias de España.
Cuenta con una modesta ermita, en cuyo interior se puede ver un retablo barroco cuajado de motivos ornamentales.