Pocos días después, con la ayuda del ejército francés, la Generalidad obtuvo una importante victoria militar en la batalla de Montjuic del 26 de enero de 1641, y las tropas castellanas se retiraban a Tarragona.
Después de ser derrotados del 30 de junio al 4 de julio de 1641 en la primera batalla de Tarragona, los españoles construyeron un nuevo grupo comandado por García Álvarez de Toledo y Mendoza, que consiguió entregar provisiones a la ciudad e hizo huir al ejército francés al Rosellón.
Las tropas francesas ascendían a 10,000 hombres entre los cuales se encontraban Turenne, d'Artagnan y los mosqueteros del rey, que embistieron los montes que dominaban la ciudad mientras la flota francesa bloqueaba el puerto.
Se encontraban privados de agua por la destrucción del pozo, con 3,000 bajas entre muertos y heridos[1] y sin posibilidades de recibir refuerzos, pues las tropas de Pedro Antonio Fernández de Córdoba que iban en su socorro habían sido derrotadas en la batalla de Montmeló, los españoles tuvieron que rendirse el 10 de abril.
[2] La presión sobre Perpiñán y Salces, que quedaron completamente aisladas, hizo que se rindieran posteriormente.