John Callaghan se centra de igual manera en su libro La extrema izquierda en la política británica en las cinco organizaciones marxistas más grandes: el denominado Partido Comunista "oficial" y en los cuatro grupos trotskistas más influyentes.
[3] Aun así, Evan Smith en Against the Grain: la extrema izquierda británica[4] usa el término "extrema izquierda" "para agrupar a todas las corrientes políticas a la izquierda del Partido Laborista", incluyendo a los grupos anarquistas Los grupos políticos marxistas han estado activos en Gran Bretaña desde mediados del siglo XIX, empezando con la Liga Comunista.
La Liga Industrial Sindicalista de Educación fue formada al año siguiente por miembros disidentes del SDF.
Este conflicto alcanzó su culmen en 1916, cuándo Hyndman se vio superado numéricamente y dejó el BSP para fundar el Partido Socialista Nacional, mientras sus oponentes internacionalistas Zelda Kahan y Theodore Rothstein apoyaron la Conferencia de Zimmerwald.
Estudios realizados sobre este periodo han desvelado que, en términos de participación, las naciones celtas (Irlanda, Escocia y Gales) estaban sobrerrepresentadas, mientras que los ingleses se vieron infrarrepresentados en los inicios del comunismo británico.
[5] John Maclean; el revolucionario más apreciado por Lenin y los bolcheviques rusos; no participó de manera alguna en el CPGB.
La prensa conservadora afirmó que MacDonald y los laboristas eran un caballo de Troya para el bolchevismo.
Por entonces, en la Unión Soviética, Iósif Stalin ascendió al poder y desarrolló las políticas de estalinismo; las cuales fueron defendidas por la cúpula del CPGB.
Posteriormente emergieron divisiones internas, cuando surgió la Liga Comunista, el primer grupo oficialmente trotskista (apoyado por el mismo León Trotski y su Oposición de Izquierda), en 1932.
[10] Algunos comunistas participaron en la Liga Contra el Imperialismo, cuyo principal objetivo era atacar a los imperios coloniales de Reino Unido y Francia.
No solo surgieron ataques hacia el comunismo desde la derecha conservadora, sino que personajes importantes del Partido Laborista, tales como Ernest Bevin, veían a los Estados Unidos como un aliado.
En parte debido a la histeria anticomunista de por entonces, el CPGB creó su programa El camino británico hacia el Socialismo (reemplazando al anterior programa Por una Gran Bretaña soviética), en el que se afirmaba que el partido apoyaba una vía democrática hacia el socialismo, con el liderazgo de la clase trabajadora a trabes del movimiento sindical.
Mientras que había habido grupos trotskistas antes de los años 50, durante esta época las figuras clave del mismo dieron un paso adelante y definieron el trotskismo británico durante décadas, liderándolo hasta convertirse en el movimiento de extrema izquierda más prominente (debido en parte por el declive del marxismo-leninismo.
Personajes como Gerry Healy, Ted Grant y Tony Cliff fundaron sus propias organizaciones.
Para los marxistas-leninistas más radicales, los cuales lamentaron lo que consideraban una calumnia revisionista contra Stalin, la ruptura sinosovietica les permitió alinearse con el Partido Comunista de China y Mao Zedong, en contraposición a la línea soviética de Jrushchov.
En las siguientes décadas fueron los trotskistas quienes se beneficiaron más de la decadencia del CPGB.
Exceptuando al grupo anarcocomunista Brigada Iracunda, esta radicalización no tuvo una aceptación notable en la extrema izquierda británica.
Aun así, hubo algunas conexiones (principalmente ideológicas) con el conflicto de Irlanda del Norte y el movimiento por los derechos civiles en la misma zona.
[20] Los Provisionales, no comunistas y que encabezaron la campaña republicana, obtuvieron un "apoyo crítico" desde algunos grupos trotskistas, principalmente del IMG[11] bajo la idea del antiimperialismo, y de la Democracia Popular trotskista bastante después.
Fueron figuras clave en este empujón eurocomunista Dave Cook, Sue Slipman y aquellos relacionados con la revista mensual teórica del CPGB, Marxism Today, dirigida por Martin Jacques.
Por supuesto, la participación en temas relacionados con la política racial se volvieron más centrales durante este periodo, destacando la campaña contra el apartheid en Sudáfrica, el apoyo a los movimientos de Poder Negro, el enfoque antisionista al conflicto israelí-palestíno y un apoyo mayor al republicanismo irlandés.
Por ejemplo, durante la huelga minera de 1984 y 1985, la división entre el eurocomunista Marxism Today y el tradicional Morning Star supuso que prácticamente ningún programa a nivel nacional pudo ser desarrollado para apoyar al Sindicato Nacional de Mineros (NUM).
Aunque la Unión Soviética ayudó, el presidente del NUM Arthur Scargill era más cercano a la izquierda laborista.
[27] Trabajando dentro del Partido Laborista, fueron capaces de conseguir que Terry Fields, Dave Nellist y Pat Wall fueran elegidos miembros del parlamento,[28] así como también lograron una influencia considerable en el Ayuntamiento de Liverpool.
EL CPGB fue sustituido por el think tank postcomunista Democratic Left, que adoptó las ideas del feminismo, la política verde y el socialismo democrático.