[20] Durante este siglo, el XI, se sucedieron las fundaciones de los grandes monasterios riojanos, las cuales son realizadas por reyes navarros.
Del siglo XI datan también los documentos más antiguos encontrados en los que aparecen menciones escritas a La Rioja.
Hasta ese momento, España era un país atomizado, dividido por antiguos señoríos y legislaciones locales entre otras figuras, sin una estructura que permitiera gobernar de manera eficiente.
[45] En el año 1980, recuperó su nombre de La Rioja, que tantas veces se había podido leer en la documentación desde la Edad Media.
La erosión ha ido desgastando las capas superiores haciendo visibles muchas de estas formaciones rocosas, permitiendo observar las icnitas (pisadas fósiles).
[52] En La Rioja se encontraron por primera vez dos nuevas especies de trilobites: Riojaia perezi y Urbionia felixi.
Las oleadas de conquista se sucederán con posterioridad, pero ahora para ocupar espacios donde domina todavía el Imperio Romano.
Los judíos ayudan a los musulmanes en su penetración, las principales comunidades judías se asentaron en: Alfaro, Cornago, Arnedo, Jubera, Logroño, Nájera, Leiva, Briones y Haro.
Los musulmanes comandados por Táriq penetraron en La Rioja por Alfaro en 714, aprovechando las vías romanas y ocupando el llano de Ebro.
El testamento paterno no fue respetado y cada hijo se hizo dueño de los territorios que le fueron concedidos en administración entablándose disputas territoriales entre ellos.
Las primeras referencias escritas en las cuales se documenta la existencia de un territorio llamado La Rioja datan del siglo XI.
[24] En sus orígenes, el término designaba el espacio entre las cuentas de los ríos Oja y Tirón, que era donde se situaba La Rioja primigenia, para después irse expandiendo paulatinamente durante la Edad Media al ser utilizado para nombrar a un territorio mucho mayor, como consecuencia de acontecimientos políticos y sociales ocurridos en la época medieval.
En aquel tiempo hizo dar muerte a Juan Fernández de Tobar hermano del gobernador que había entregado Calahorra.
[77] Desde 1525 a 1528 el emabajador veneciano Andrés Navagero recorre España en una misión diplomática y en ella pasa por La Rioja.
Así como tampoco se da una crisis de subsistencia como si ocurre por el contrario en otros lugares del reino.
Hasta entonces España era un país atomizado, en el que los antiguos reinos, señoríos y legislaciones locales, entre otras figuras, convivían.
Pero en las últimas décadas del siglo XVIII comenzaron a surgir voces que demandaban su reunificación territorial en una provincia.
Por primera vez una autoridad gubernativa superior considera que la región de La Rioja tenía una unidad geográfica fácilmente identificable.
No obstante, su efímera vida acabó en 1823 con la restauración del absolutismo en la denominada Década Ominosa, en la cual se derogó esta estructura provincial española.
A su encuentro fue Basilio García con sus partidarios que ya se habían apoderado del ayuntamiento de Logroño.
En 1834 se produjo una epidemia de cólera morbo asiático que afectó especialmente a las poblaciones situadas en el valle del Ebro.
Posteriormente se presentaron como diputados en todas las elecciones del sexenio democrático, sumando un alto porcentaje de votos.
[101] Juan Prim y Pascual Madoz ofrecieron la Corona de España a Espartero, cargo que no aceptó.
Esto denota una clara ideología regionalista, aunque al final no se pudo llevar a cabo.
Es un claro ejemplo de regionalismo riojano.Sin embargo, no fue la primera vez que se intentó durante esta década.
Institución de carácter cultural en el cual se realizan conferencias, conciertos, exposiciones o funciones teatrales.
En la Rioja como en el resto de España, se puso en práctica estas reformas, "suponiendo la prohibición del movimiento obrero, lo que permitió a las antiguas clases caciquiles seguir influyendo en la vida pública".
Arnedo se convirtió en un símbolo para anarquistas y republicanos de izquierda radical durante los años treinta.
Aquel mismo día ya se realizaron las primeras detenciones y asesinatos de personas consideradas como peligrosas para que la sublevación prosperase.
El escritor logroñés Jesús Vicente Aguirre estima en su libro Aquí nunca pasó nada a unos 2000 asesinados en toda La Rioja por la represión franquista en 1936.