defienden que no se ha producido y que todavía estamos en la Edad Moderna (identificando al período comprendido entre los siglos XV al XVIII como Early Modern Times –temprana Edad Moderna– y considerando los siglos XIX, XX y XXI como el objeto central de estudio de la Modern History),[cita requerida] mientras que las historiografías más influidas por la francesa denominan el periodo posterior a la Revolución francesa (1789) como Edad Contemporánea.
La Edad Moderna suele secuenciarse por sus siglos, pero en general los historiadores la han definido como una sucesión cíclica, que algunos han intentado identificar con ciclos económicos similares a los descritos por Clement Juglar y Nikolái Kondrátiev, pero más amplios, con fases A de expansión y B de recesión secular.
Al mismo tiempo, en la India, que mantuvo la presencia colonial europea en la costa, se levanta un gran imperio continental y comenzó a desmembrarse con Aurangzeb.
Como se indica más arriba, no hubo un paso brusco de la Edad Media a la época moderna, sino una transición.
Mientras en Europa se desarrollaba este conflicto secular, la totalidad del mundo, conscientemente o no, fue afectada por la expansión europea.
También puede verse a la burguesía como un aliado del absolutismo, o como un agregado social sin verdadera conciencia de clase, cuyos individuos prefieren la "traición" que les permite el ennoblecimiento por compra o matrimonio, sobre todo cuando la ideología dominante persigue el lucro y santifica la renta de la tierra.
No obstante, se ha aplicado el término en Japón, cuya formación económico-social ha sido asimilada al feudalismo, y con muchas más dificultades en China, aunque las interpretaciones de su historia están muy vinculadas a posiciones ideológicas.
La monarquía inglesa del Defensor de la Fe (Enrique VIII, María Tudor e Isabel I) intentó alternativamente una u otra opción para decantarse finalmente por una salida intermedia entre ambas (el anglicanismo).
En esas mismas ocasiones las revueltas también mostraron un componente de particularismo regional que se opone a la centralización, la resistencia de instituciones que pueden funcionar como contrapeso a la corona (Parlamentos judiciales o legislativos), o un carácter antifiscal.
Mientras tanto, primero en Holanda (tras su independencia) y luego en Inglaterra (tras la guerra civil inglesa) se experimentó el funcionamiento de la monarquía parlamentaria en respuesta a otra formación económico-social.
Portugal y Holanda fundaron factorías, núcleos de futuras ciudades, en diversos puntos costeros diseminados por todo el mapa terrestre.
Así no hubo mayor inconveniente en extorsionar, torturar y matar a Hatuey, Atahualpa y Moctezuma (menos todavía en sofocar las revueltas posteriores a la conquista, incluso en fechas tan tardías como la de Túpac Amaru II, que enlaza ya con los gritos de la independencia americana).
[20] Al mismo tiempo, la ingeniería tuvo gran adelanto, perfeccionando una nueva táctica de defensa: el bastión.
Este último, cuando la Iglesia lo llamó a someterse, rehusó, señalando que la única fuente de autoridad eran las Sagradas Escrituras.
El éxito de la Contrarreforma se dio en la Europa danubiana, la Alemania del sur y Polonia.
Irlanda, las penínsulas ibérica e itálica, además de los recién conquistados dominios ultramarinos españoles en América, permanecieron católicos.
Los Imperios Turco, Safávida o Mogol no fueron menos, sino más tolerantes en materia religiosa que la Monarquía católica o la Ginebra de Juan Calvino, y el Mediterráneo Oriental (Balcanes incluidos) fue durante toda la Edad Moderna una diversidad étnica y religiosa que acogió la diáspora sefardí de forma equivalente a como lo hizo Ámsterdam.
La trayectoria personal e intelectual de Voltaire significará un referente que quedará fijado en el espíritu enciclopedista.
Suele argumentarse que detrás de esa alegada predisposición occidental a la modernidad está la herencia del Derecho Romano, el derecho consuetudinario germánico o el humanismo cristiano; pero las mismas herencias puede reclamar el Absolutismo del Antiguo Régimen, la Inquisición y los sistemas judiciales comunes en todos los países durante la Edad Moderna, que incluían la tortura y las pruebas diabólicas sin respeto a la presunción de inocencia.
Se postula que el Barroco nació como una reacción a la crisis de la confianza humanista y renacentista en el ser humano, lo que explica su potente carácter religioso, así como el abandono de la simplicidad clásica para intentar expresar la grandeza del infinito, y la predilección por motivos grotescos o «feos», realistas, que contradice la búsqueda de la belleza ideal renacentista.
[33] Esto no quiere decir, de todas maneras, que el Barroco haya renunciado totalmente al Clasicismo.
En Brasil sobresale la figura extraordinaria del escultor y arquitecto Antonio Francisco Lisboa, «el Aleijadinho».
El choque cultural entre los diversos pueblos del mundo (europeos, americanos, asiáticos, africanos) llevó a que las diferentes civilizaciones explotaran la credulidad y la condición «poco civilizada» que indefectiblemente asignaban a los otros, a partir de la predicción de eclipses, las técnicas antisísmicas, los hábitos higiénicos, las novedosas armas, los conocimientos sobre especies vegetales y animales, el uso de tecnologías nunca vistas por el otro.
Se seguían venerando reliquias e imágenes de diversos seres sobrenaturales (entre los católicos) o cruzando el mundo para fundar jerusalenes terrestres (entre los protestantes), acudiendo a los reyes para curar la escrófula, o exorcizándolos cuando estaban "hechizados" (Carlos II de España)...
[40] La comparación con otras civilizaciones tampoco deja a la occidental en mejor lugar: la experiencia en Estambul de la lady inglesa Mary Montagu[41] en fechas tan avanzadas como la primera mitad del siglo XVIII (que la permitió comparar a los effendi otomanos con pensadores tan secularizados como Alexander Pope o Jonathan Swift) es lo suficientemente ilustrativa.
[42] En el siglo XVIII se manifestó un avance de otras disciplinas fundamentales, como fueron la química o las ciencias biológicas, con no menos trabas conceptuales.
Por otro lado, en el campo de la Taxonomía, las sistematizaciones taxonómicas de Buffon o Linneo también fueron esenciales, pero hubo que esperar hasta mucho más tarde para desmentir teorías como la generación espontánea o integrar la microscopía que se venía desarrollando desde el siglo XVII (Leeuwenhoek).
Hubo de esperarse a la segunda revolución industrial para que la ciencia y la tecnología se retroalimentaran.
En 1776, el escocés Adam Smith da el certificado de nacimiento a la moderna economía con su libro La riqueza de las naciones, rápidamente divulgado por Jean Baptiste Say o Jovellanos, y que todavía sigue siendo considerada como la Biblia del liberalismo económico.
China se mantuvo abierta durante un tiempo al intercambio cultural, aunque luego prefirió mantener el aislamiento, en lo que no tuvo tanta eficacia como Japón.