Ocupación alemana de Bélgica durante la Primera Guerra Mundial

Comenzó en agosto de 1914 con la invasión alemana de Bélgica, neutral en el conflicto; los ejércitos alemanes dominaban el país casi completamente antes del principio del invierno y los Aliados tuvieron que replegarse al oeste.

[3]​ Numerosos refugiados huyeron de las unidades alemanas y buscaron amparo en los países limítrofes.

Los alemanes cometieron crímenes de guerra contra la población civil durante su avance hacia el oeste en 1914.

[7]​ Los civiles fueron sometidos a juicios sumarísimos y varias ciudades fueron destruidas como castigo en lo que se denominó la «Violación de Bélgica».

El ejército alemán asesinó a unas seis mil quinientas personas entre agosto y noviembre de 1914.

La atrocidades, muy exageradas por la propaganda aliada, suscitaron la compasión para con la población sometida a la ocupación en el extranjero.

[11]​ Los mandos militares alemanes clasificaron a los habitantes de las dos zonas más cercanas al frente como prisioneros.

[11]​ Las autoridades alemanas pretendían explotar el país en beneficio de la producción industrial y la economía alemana en general, pero no desmantelar el Estado belga ni destruir la economía del país, salvo que esto estorbase la consecución de sus propósitos.

Varios filántropos fundaron el Comité National de Secours et d'Alimentation (Comité Nacional de Auxilio y Alimentación, CNSA), cuya presidencia asumió un financiero, Émile Francqui, para obtener y transportar alimentos a Bélgica, donde serían vendidos a la población.

[18]​ Los historiadores han descrito al CNSA como un trasunto del Gobierno belga en tiempos de paz.

[22]​ El paro devino en grave problema e hizo que cada vez más belgas dependiesen de la caridad.

Mercier publicó un famoso folleto, Patriotisme et Endurance (Patriotismo y resistencia), la Navidad de 1914 en el que pedía a la población que respetase las leyes de ocupación si eran compatibles con el patriotismo belga y los valores cristianos.

[28]​ Debido a su cargo, los alemanes no podían detenerlo sin desatar un escándalo; aunque consiguieron sacarlo temporalmente del país en 1915 haciendo que lo llamase el Vaticano, pronto regresó.

[32]​ Además, otros sesenta y dos mil fueron empleados en trabajos forzados en proyectos militares en precarias condiciones en la Zona de Preparativos.

[36]​ El gobernador general alemán decidió en 1915 emprender la «política flamenca» (Flamenpolitik) con el fin de aprovechar la animosidad entre los dos grupos lingüísticos del país para facilitar la administración del territorio y presentar a los ocupantes como liberadores de Flandes.

[37]​ También esperaba que esta actitud mejorase la imagen de Alemania en los Países Bajos, neutrales en el conflicto mundial.

[37]​ Los alemanes trataron asimismo de atraerse al movimiento valón, pero con este su éxito fue mucho menor.

[39]​ En 1916, abrieron una universidad nueva en Gante, la Von Bissing, en la que la enseñanza se daba en holandés.

Algunos miembros del movimiento flamenco aplaudieron la medida, pero otros se opusieron a ella y la universidad tuvo pocas matrículas.

[42]​ El tribunal de apelación belga ordenó la detención de dos destacados miembros del consejo, Pieter Tack y August Borms, pero los alemanes los liberaron y deportaron a los jueces que habían ordenado el arresto.

[32]​ Bastantes hombres intentaron huir de la zona ocupada y unirse al ejército belga en el Yser pasando por los Países Bajos, que no participaban en la contienda.

[46]​ Se calcula que entre dos y tres mil belgas perecieron al intentar cruzar la frontera durante el conflicto.

[48]​ Hubo unas trescientas redes clandestinas, de las que formaban parte tanto mujeres como hombres.

[14]​ La organización contaba con numerosos grupos independientes, entre los que destacó el de la Dame Blanche (Señora Blanca).

Unos treinta y dos mil hombres lograron pasar a la zona aliada, lo que acrecentó notablemente el tamaño de las fuerzas belgas.

Las insignias patrióticas, en las que aparecía la familia real o colores de la bandera, estaban extendidísimas.

[50]​ Cuando los alemanes prohibieron estos símbolos, surgieron otros nuevos, como las hojas de hiedra, que tenían el mismo significado.

Poco después comenzaron los combates entre las tropas aún leales al Gobierno alemán y los revolucionarios.

[54]​ Posteriormente, se juzgó a algunos de los activistas flamencos más destacados; pese a que el RVV había afirmado contar con quince mil simpatizantes, solo ciento treinta y dos fueron condenados por colaborar con el enemigo.

Uno de estos fue Borms, que continuó desempeñando un papel importante en el movimiento flamenco durante la década siguiente, pese a estar preso.

Tropas alemanas desfilan por la capital belga, Bruselas , en 1914.
Tropas alemanas atraviesan Blankenberge en 1914.
Mapa de la Bélgica ocupada por el Imperio alemán.
Estragos en Flandes (1914).
Un sello alemán, con el marchamo «Bélgica» y el valor, para uso durante la ocupación.
El cardenal Mercier , en una imagen de 1914. Fue un destacado crítico de la ocupación.
Regreso de los incapaces , obra del pintor estadounidense George Wesley Bellows que muestra la vuelta de los trabajadores enfermos e inválidos de Alemania
Cartel del Raad van Vlaanderen (RVV) anunciando independencia flamenca
La alambrada electrificada que los alemanes desplegaron a lo largo de la frontera belgo-holandesa
La Libre Belgique , uno de los diarios clandestinos más conocidos
La multitud aclama al rey Alberto I en Ghent durante la liberación de la ciudad en octubre de 1918.