Influido precisamente por las ideas y teorías geográficas de personas como Dalrymple, el Almirantazgo estableció un segundo objetivo, confidencial, que consistía en buscar evidencias del postulado continente Terra Australis Incognita todavía no descubierto.
[94] Era un experimentado hombre de mar, con una carrera en la Royal Navy iniciada en 1755, que además tenía un gran sentido común, buenas condiciones físicas y era un hábil cazador.
[100] También tenía una circunnavegación en su haber con el Dolphin, en su caso en la expedición previa del comodoro Byron, y acompañará a Cook en sus otros dos viajes al Pacífico.
También se les enviaron 20 chalecos salvavidas de corcho para ser utilizados por los marineros cuando estuvieran realizando tareas en los botes o fuera del barco.
Aunque las referencias de la época dan una altitud errónea para el Teide, Cook calculó sus coordenadas geográficas con gran exactitud[Nota 25] y Banks encarga dibujar una vista del mismo.
Banks aprovechaba los días de calma en los que el barco avanzaba más lentamente para bajar en su bote y capturar animales marinos diversos.
Cuando se recuperó, Banks, Solander, Monkhouse y Green siguieron hacia la zona más alta del terreno donde encontraron vegetación de tipo alpino con variedades desconocidas en Europa.
[275] Además el cirujano Monkhouse ordenó esos días recoger abundante apio silvestre y hierba escorbútica, en este caso con intención medicinal.
Añadidas a la harina molida y la sopa deshidratada formaron parte del desayuno de la tripulación durante los días fondeados en la bahía como medida antiescorbútica.
El segundo teniente, John Gore distinguió nativos en sus orillas y canoas varadas bajo las palmeras, aunque aparentemente nadie se apercibió de la presencia del Endeavour.
[377] Para Joseph Banks, Daniel Solander y su equipo ser los primeros naturalistas europeos en explorar aquellas tierras fue una gran oportunidad que no desaprovecharon.
Lo hicieron sin detenerse ni desembarcar en tierra en ningún momento y completaron la vuelta a esta isla en 47 días, echando finalmente el ancla en Low Neck Bay, en la bahía del Almirantazgo.
Ambas canoas terminaron su viaje varando en las playas al oeste de la desembocadura del río Turanganui en Poverty Bay, lugar en el que se asentaron sus ocupantes y sus descendientes.
Lamentablemente, las primeras horas del Endeavour en Nueva Zelanda no fueron afortunadas y terminaron en enfrentamientos armados que tuvieron como resultado varias víctimas maoríes.
[411] Los diarios reflejan que Cook tomó precauciones antes de bajar a tierra e hizo preparar los cañones giratorios para montarlos en los botes.
Nativos de los hapu Ngāi Tawhiri y Whanau A Iwi se congregaron en la orilla oeste del Turanganui al ver llegar los botes.
Esto hizo pensar a Cook y Banks que la antropofagía podía ser una práctica en aquellas tierras, aunque por entonces no tenían ninguna prueba de ello.
[477][478] Al cuarto día ya se habían completado las reservas de agua, unos 70 toneles, pero como aún faltaba leña permanecieron unos días más.
[488] Establecieron muy buenas relaciones con el anciano jefe local, llamado Torava y al que Banks se refiere como “amigo”.
Hasta el último día antes de levar anclas se aprovechó para aumentar las provisiones con apio silvestre, crustáceos[Nota 79] y ostras.
Este incidente ilustra una vez más el cuidado que ponía Cook en intentar ser imparcial como parte de su estrategia para mantener una buena relación con los nativos.
Exactamente un año atrás, el Endeavour navegaba a la altura de la península Valdés, Argentina, rumbo sur hacia Tierra del Fuego.
[653] Tupaia mantuvo una última conversación con él, oída por Cook y Banks: no, nunca había visto una “canoa” tan grande como la de los británicos.
[660] Una vez en aguas del estrecho, Cook puso rumbo sur buscando su salida oriental y no tardo en sufrir por sí mismo sus peligrosas corrientes.
Por las notas del diario se evidencia una vez más la gran población de aves marinas que los litorales costeros tenían en aquella época.
Con condiciones climáticas muy adversas por el oeste, pudieron controlar su curso y poner rumbo norte para luego virar hacia el suroeste y volver a virar al norte desde la latitud 48°, con una fuerte corriente marina del sudoeste que inducía a pensar que más allá no había masas de tierra de consideración.
Los dos días siguientes, con viento del sur, Cook viró y largo toda la vela que pudo para ganar terreno hacia el oeste.
Parece que su prioridad era deshacer la incógnita de si Nueva Zelanda era o no un continente sin demorarse más tiempo del necesario en ello.
Banks quiso entrar en esa bahía para detenerse uno o dos días, desembarcar, explorar el terreno y recoger muestras de su vegetación.
También especialmente del pueblo maorí, con una anticipada visión antropológica bastante objetiva para la época, interesándose por todas sus manifestaciones y aspectos ya sean sociales, bélicos, culturales, religiosos o lingüísticos.