Esta heredad y coto jurisdiccional fue repartida por los Reyes Católicos el 2 de octubre de 1485 al general Francisco Ramírez de Madrid, el Artillero, tatarabuelo del primer conde, en recompensa por haber tomado a los moros, a fines de septiembre de dicho año, los castillos de Cambil y Alhabar, culminando la reconquista del Santo Reino.
[3][4] Como ya se ha dicho, la heredad de Bornos que da denominación al condado era un vasto cortijo situado en términos de Cambil, en el reino y actual provincia de Jaén, y le fue concedida al Artillero por los Reyes Católicos en 1485, con jurisdicción señorial.
Pero restituida pronto al realengo, Fernando IV la volvió a conceder en 1323 a Fernando Pérez Ponce, sucediéndose el señorío en sus descendientes los Ponce de León, señores de Marchena.
En 1398 la jurisdicción pertenecía a Alfonso Fernández Marmolejo, quien la vendió a Per Afán de Ribera el Viejo, iniciándose el dominio de esta familia.
[6] El título de conde quedó agregado al mayorazgo que poseía el concesionario, fundado por el general Francisco Ramírez, su tatarabuelo, y que incluía el señorío de Bornos, que este hubo por merced regia.
Los llamamientos de este mayorazgo son, por tanto, la norma que establece el orden de sucesión del condado.
[7] Tenía para ello facultad real de 22 de mayo del mismo año, por la que los Reyes Católicos le permitían hacer «un mayorazgo, o dos, o más».
[8] Mediante dicha disposición, el fundador instituía dos mayorazgos en favor de sus hijos Fernando y Nuflo: los dos que había tenido con Beatriz Galindo, su segunda mujer, a la que dejaba el usufructo vitalicio de los bienes vinculados: A los futuros poseedores de ambos mayorazgos les imponía como cláusula que usaran siempre sus mismas armas, tal como él las usaba: con el aumento que le concedieron los Reyes Católicos a raíz de la toma de Málaga (1487), y que se describirán más abajo.
Y el mayorazgo principal lo ponía en cabeza de su hijo Fernán Ramírez.
Señalando para integrarlo los siguientes bienes y derechos: Ordenaba a sus albaceas elevar súplicas a Sus Altezas (los reyes) para «que confirmaran a sus hijos los principales oficios que él tenía: a Fernando, la tenencia de Salobreña, un regimiento de Madrid y la escribanía mayor de rentas de la Orden de Santiago.
[15] Pese a haber salido la propiedad fuera de la familia, el antiguo archivo de los condes de Bornos se conservó íntegro, y en tiempos recientes sus propetarios lo cedieron en depósito al Archivo Histórico Nacional, que lo puso a disposición de los investigadores entre los fondos de su sección Nobleza.
Aquella antigua sección del AHN hoy tiene entidad independiente como Archivo Histórico de la Nobleza (AHNob).
[21] Fundó en la corte el hospital de la Latina y los conventos de la Concepción Francisca y la Concepción Jerónima, donde fue enterrada.
[32] Por este entronque el linaje Ramírez añadió a su patronímico el apellido de Haro, formando el compuesto Ramírez de Haro que se perpetuó en la casa pese a los cambios de varonía.
[34] Sirvió al rey Felipe II en Flandes y en la Guerra de las Alpujarras, y murió de las heridas que recibió al batirse en duelo en Madrid con Beltrán de Guevara, su cuñado.
[36] Se le recuerda como hábil jinete y valeroso torero a caballo;[37] escribió con buen estilo un curioso Tratado de la brida y jineta y de las cavallerías que en entrambas sillas se hacen y enseñan a los cavallos y de las formas de torear a pie y a caballo, obra relevante en la historia de la tratadística taurómaca.
Allí se portó heroicamente, fue gravemente herido y salió con vida milagrosamente.
[18][43][44] En 1642 fue creado conde de Bornos por merced del rey Felipe IV.
Celebráronse las bodas en la Capilla Real, siendo padrinos los reyes, que salieron en público ese día.
Y al año siguiente de su boda con el conde, casó a este hijo con una hija de su marido que después sería la IV condesa de Bornos, como más abajo se dirá.
El conde murió sin descendencia hacia 1690, extinguiéndose la varonía de la casa.
[59] En virtud de este último parentesco, recaería en su descendencia el condado de Montenuevo, al extinguirse la del concesionario.
Una línea agnaticia muy antigua e ilustre, pues procede del linaje gallego medieval de los Moscoso, señores de Altamira, con antecedentes de ricahombría que se remontan al siglo XIV.
Varias fuentes genealógicas tienen a Juana Caamaño por condesa de Maceda, marquesa de Figueroa, etc., pero no llegó a heredar estas casas porque premurió a su madre.
No hubo prole de este matrimonio.
[73] Está casado con Esperanza Aguirre y Gil de Biedma.
89-90, con remisión al AHMM, Libro de Acuerdos Municipales 1655-1660, ff.
Nombrado el 27 de enero de 1660, no ocupó el cargo, ni nunca pasó a Indias.
Este árbol fue protocolizado en 1715 pero no incluye datos posteriores a 1672, año de cruzamiento del comitente.
Reproducido en el catálogo de la exposición Lo nunca visto: Tesoros escondidos en los protocolos notariales (Madrid: Comunidad de Madrid, 2024), pp.