José Luis Lorenzo Bautista a finales del siglo XX postuló la división de la etapa lítica en tres periodos: Arqueolítico, Cenolítico y Protoneolítico.
[31] En México los mayores sitios arqueológicos Folsom están en Puntita Negra (Nuevo León), Samalayuca (Chihuahua) y en el Cerro de Silva (San Luis Potosí).
Los habitantes de la región aridoamericana continuaron con su cultura nómada, pues las condiciones geográficas en las que vivían les impedía establecer asentamientos permanentes.
Durante el Preclásico Medio (siglo XIV a. C.-siglo IV a. C.) en Mesoamérica se asentó la primera gran civilización: la cultura olmeca,[nota 2]que construyó grandes centros como La Venta (en Tabasco).
Por el siglo X d. C., estos estados habían perdido su fuerza, al mismo tiempo en que llegaron del desierto las primeras tribus chichimecas.
[76] En el ámbito cultural, destacaron tanto por sus artesanías (principalmente por sus cerámicas) y en la alfarería decorada al negativo, es decir, la aplicación de diferentes dibujos pintados que se delimitaban con cera, la cual era posteriormente derretida.
Allí, los españoles se enfrentaron con guerreros mayas en un combate donde sufrieron bajas y numerosos heridos, incluyendo al propio Hernández de Córdoba.
Moctezuma, impresionado por la llegada de los españoles, creyó que podrían ser enviados del dios Quetzalcóatl, cuyo regreso se esperaba según ciertas profecías.
Los tlaxcaltecas, texcocanos y totonacas, conformaron un conglomerado que se había aliado a los españoles, factor decisivo en las batallas contra los mexicas.
Cabe señalar que hasta finales del siglo XVIII, con la introducción de las reformas borbónicas, el comercio entre los virreinatos no estaba permitido.
Las reuniones entre criollos continuaron, pues la inconformidad con su situación secundaria en la sociedad novohispana y la ocupación francesa de la metrópoli eran la oportunidad para conseguir un gobierno local.
Además, la división del Ejército Imperial también se había hecho evidente: entre los generales que apoyaban a Iturbide se encontraban Anastasio Bustamante, Antonio López de Santa Anna y Luis Quintanar; entre los generales que estaban en contra de este destacaban Miguel Barragán, Guadalupe Victoria, Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero.
De todas formas, la Guardia Nacional sirvió como modelo y ejemplo para el nuevo ejército liberal que se estaba creando entonces.
Gabino Barreda, discípulo de Comte, a solicitud del presidente creó en 1867 la Escuela Nacional Preparatoria, quien resumió en tres palabras el proyecto educativo: libertad, orden y progreso.
Al día siguiente, Juárez llamó a su médico personal, Ignacio de Alvarado, para que lo revisara; sin embargo, éste lo diagnosticó con algo terminal.
[nota 19][194] Durante su gobierno México sufrió una serie de impactantes cambios: la estructura económica fue totalmente reformada, el poder político fue centralizado[nota 20], se potencializó la vida cultural del país bajo ciertas influencias y, al mismo tiempo, se agudizaron las diferencias de las distintas clases sociales[195] bajo la justificación del progreso positivista.
La causa liberal se vio fuertemente representada por este militar, pero su valor en el campo de batalla contrastó con su inexperiencia en administración pública y política.
Durante el octavo día Madero promovió un alto al fuego, aprovechado por la población para reabastecerse, sin embargo los golpistas no lo respetaron e incluso dispararon contra los habitantes que volvieron a los negocios de abastos.
Aquí inició la etapa más violenta de la lucha armada; los grupos locales se adscribieron a uno u otro bando (constitucionalistas y convencionistas), produciendo enfrentamientos en las principales ciudades del país.
Por lo tanto, el gobierno mexicano tenía que anular las normas constitucionales y, en consecuencia, no podía obtener los suficientes recursos fiscales para cumplir con sus obligaciones.
En el campo musical, Manuel M. Ponce; en la literatura, Ramón López Velarde, Enrique González Martínez, José Vasconcelos, Alfonso Reyes Ochoa, Amado Nervo, entre otros.
Para presionar al gobierno mexicano, navíos de guerra norteamericanos anclaron en Tampico; y —ante estas amenazas— México redujo los impuestos a la producción petrolera.
Calles maniobró para que el Congreso designara como presidente interino a un obregonista moderado; la elección recayó en Emilio Portes Gil.
[257] Desde varios días anteriores a la elección, se esperaba un ambiente polarizado por los resultados de la misma entre los dos principales sufragios: Manuel Ávila Camacho y Juan Andreu Almazán.
Si bien la actividad industrial aumentó, no se propició que las empresas fueran competitivas, y prevalecieron elevados índices de inflación.
Entre otras medidas tendientes a lograr dicho objetivo, Ávila Camacho ordenó la desaparición del sector militar en el PRM para evitar la politización de las fuerzas armadas.
Para asegurar la estabilidad del nuevo sistema económico, se implementa una estrategia de coerción sobre las organizaciones obreras, campesinas y populares conocida coloquialmente como «charrismo», que consiste en colocar líderes sindicales afines al presidente en turno.
El gobierno no dispuso medidas emergentes para aminorar los efectos (salvo la nacionalización de la banca) y se desató una enorme crisis económica en 1982.
Por otra parte, Leonardo Valdés Zurita, presidente en aquel entonces del IFE, declaró: «México tuvo una jornada electoral ejemplar, participativa, pacífica y realmente excepcional [...].
[352] En Morelos, la zona en torno al volcán Popocatépetl y el sureste del estado presentó los mayores daños; Jojutla fue una de las localidades más afectadas.