Los colectivistas veían en estas ideas una sociedad tremendamente espontaneísta y falta de estímulos para que el individuo se dedicara al trabajo.
En España las sociedades obreras quedaron desmanteladas en 1874, y no sería hasta la llegada al poder de Práxedes Mateo Sagasta, en 1881, cuando volverían a la legalidad.
Sin embargo para aquel entonces en el anarquismo internacional ya predominaba la corriente que rechazaba cualquier tipo de organización por ser autoritaria.
Sin embargo, esta nueva Internacional no logró despegar (se desarrolló sobre todo en los Estados Unidos, gracias al alemán Johann Most).
En 1878, en pleno régimen represivo, un anarquista llamado Juan Oliva atentó contra el Rey Alfonso XII durante un desfile militar.
El primer gran atentado lo realizará Paulino Pallás que intenta asesinar al general Martínez Campos en un desfile militar.
En 1906, durante el casamiento del Rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia, Morral (que había viajado desde Barcelona hasta Madrid), lanzó una bomba escondida en un ramo de flores.
Durante el Congreso del Teatro de la Comedia, la CNT decidió enviar su adhesión a la III Internacional que se había fundado en aquel año (1919) en Moscú.
A pesar del nombre de bolchevique o espartaquista que recibió este movimiento, no había aún marxistas-leninistas en Andalucía.
Como hemos visto era precisamente Cataluña donde el movimiento obrero había llegado más lejos, organizándose masivamente en los Sindicatos Únicos de la CNT.
El Rey por su parte estaba ligando su destino al del Directorio Militar que se formó para gobernar España.
[24][25] En otra ocasión los anarquistas residentes en Francia decidieron atentar contra Alfonso XIII, siendo descubierto su complot y desbaratado por la policía francesa.
Y es que las características de la burguesía española habían hecho hasta entonces casi imposible llevar a cabo una política reformista eficaz.
Tuvo cierto impacto en las provincias en las que predominaba el sindicato CNT, como Cádiz, Málaga, Sevilla, Barcelona, Pontevedra, etc.
Entre los temas discutidos se debatió ampliamente sobre el "comunismo libertario" [15], ya que consideraban inminente su aplicación, así como de pactos a escala nacional con la UGT.
En Madrid cada fuerza política tenía su propia parcela de poder (milicias, locales, cárceles, prensa) y poco caso hacían del gobierno central.
Como desde entonces ya estaban atacando políticamente la revolución existente en la calle, en CNT algunos creían que se debía participar en el gobierno, aunque solo fuera para proteger las conquistas revolucionarias.
Lo más importante, tal vez, fueron las medidas para destruir las milicias, que dirigían discutidamente el esfuerzo de la guerra tanto en espíritu como en acción.
Vladímir Antónov-Ovséyenko, trabajando en España para Stalin había predicho esto en 1936: "Sin la participación de la CNT, no será posible, por supuesto, crear el entusiasmo y disciplina apropiados en la milicia republicana."
[49] Hacia 1944 con la evolución de la Segunda Guerra Mundial, en la que los Aliados comenzaban a derrotar al Eje, el ambiente en España cambió.
Finalmente este sector colaboraría en los diferentes (e ineficaces) "gobiernos en el exilio" que se formarían durante estos años.
Por otro lado, en el exilio, se creó la Alianza Sindical entre CNT, UGT y STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos) que pronto entraría en competencia con la ASO.
Pero justamente el tipo de anarquismo que estaban adoptando las nuevas generaciones lo hacían incompatible con las organizaciones clásicas del movimiento libertario español.
En Asturias, por ejemplo, aparecería el grupo CRAS (Comunas Revolucionarias de Acción Socialista), cuyos miembros reforzarían posteriormente a la CNT hacia 1970.
Los grupos anarquistas de la época se dedicaron, sobre todo, a abrir Ateneos libertarios, solamente en Barcelona y alrededores hubo una veintena.
En algunos barrios había ateneos populares, pero generalmente aquel movimiento fue reconducido por la izquierda hacia la integración en el sistema mediante los Centros cívicos, gestionados por los ayuntamientos en los que no cabía la participación ciudadana.
En el sindicato hay acusaciones mutuas entre sectores y se producen numerosas bajas de afiliados debido a este incidente.
[cita requerida] Además iban llegando a España las ideas insurreccionalistas de Alfredo M. Bonanno y otros teóricos del anarquismo moderno italiano.
La CNT está llevando a cabo un cierto despegue en los últimos años, cuenta ya con más de 120 secciones sindicales en todo el país.
Son integrales en tanto que pretenden garantizar todas las necesidades básicas de una persona (vivienda, salud, educación, alimentación, ropa, trabajo, etc.) en una misma organización económica.