Este proyecto monárquico no llegó a ser concretado debido a la disolución del Protectorado de San Martín, y la instauración del congreso constituyente que proclamó la República Peruana en 1822, y la oposición de Simón Bolívar en la reunión que mantuvo con San Martín en Guayaquil.
Hubo 2 centros de difusión, Cusco (Incas) y Ayacucho (Huari), hasta tomar características panandinas con el Taqui Oncoy.
Se decía que tales palenqueros desarrollaron contactos con los esclavos de Lima y con los indígenas, los cuales planeaban derrocar a los españoles para asumir el poder.
[53] Francisco Ximénez Inga (líder), Antonio Cabo y Pedro de los Santos Sucuten intentaron realizar una rebelión en Huarochirí, que tenía dos alas políticas, una facción moderada que en realidad era fidelista y se basaba en el lema Viva el rey, muera el mal gobierno, buscando derrocar a los Corregidores corruptos y llamar la atención del Rey de España para que se cumpla la Cédula de Equiparación.
Sin embargo, posteriormente tomo una postura más radical de desear la independencia con variopintos modos proyectados para realizarlo.
[58][59] Tras la caída de la Gran Rebelión, Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui y Ciriaco Flores en 1783 continuarían con un proyecto monárquico similar.
[61][62][63][64][65][66] Pese a la creencia popular, la Gran Rebelión de los Andes no fue una lucha indígena con un mismo proyecto común, sino que surgirían varios fraccionamientos internos entre los rebeldes.
Un ejemplo fue la facción del indio Castillo, quien este era un caudillo radical que lideró junto a sus capitanes Yuqra, Bernabé y Hurtado.
Se deseaba que los hispanoamericanos mandasen fuerzas navales más numerosas para hacer frente al enemigo inglés.
Sin embargo, también evidenciaría que está constitución fue muy inestable para el Imperio español, no solo por su carácter moderado que no satisfizo las demandas liberales (o fue aprovechado sus lagunas legales por los sectores conservadores para atacarla), sino que también porque su mera existencia fue inoportuna en una sociedad altamente tradicionalista como la española y americana de ese entonces, lo cual desemboco el conflicto entre la Revolución y la Contrarrevolución, auténticas guerras civiles en ambos hemisferios (como la Guerras de independencia hispanoamericanas o las futuras Guerras carlistas) pues existieron grandes sectores populares defensores del Antiguo Régimen de España.
El proyecto de una monarquía constitucional bajo una dinastía español evidentemente era una estrategia para ganar tiempo en caso fracasaran las demás negociaciones.
Proclamado como Protector gracias a sus negociaciones, San Martín se mostró convencido en desarrollar una monarquía en Perú, pero él no tuvo agallas para tomar pasos decididos en está dirección durante su confuso mando en Lima (pese a contar con el apoyo de un sector de la nobleza local).
Desde el primer momento intento destruir toda pretensión monarquista, a través de derrotar a los monárquicos realistas de Pasto y Quito (territorios anexados por el Virreinato del Perú en 1810 y que Bolívar conquisto para anexarlo a Colombia), luego en Guayaquil se entrevistaría con San Martín, y, en la diplomacia que utiliza, logró engañar al general argentino con ocultar sus intenciones dictatoriales, aunque en dicho encuentro no se dejó de hablar sobre las influencias monárquicas del futuro gobierno liberal en el Perú (sea reino o república), porque en ello ambos coincidían debido a que nadie en el Perú deseaba romper con la realeza española, porque todos en la sociedad peruana se sentían súbditos del Rey.
Pando entonces decidió valerse del sistema republicano para proponer sus reformas de corte borbónico e instaurarlas en la sociedad.
Adicionalmente, Brasil hubiera tenido acceso directo al Océano Pacífico, algo que se ambicionaba en las elites brasileñas.
Se creía que los brasileños querían imponer sus ambiciones territoriales y en el proceso restaurar la hegemonía monárquica en América del Sur.
Este plan también concebía darle fin al sistema monárquico constitucional en América del Sur, logrando que se fortaleciera el modelo republicano en la región, lo cual volvió muy interesante la propuesta para Bolívar.
Sin embargo, todavía para 1826 se seguían revelando presuntos informes sobre una complicidad brasileña con conspiraciones reaccionarias europeas contra la Independencia Hispanoamericana, aunque esto en realidad fuera poco probable.
El proyecto intentaría realizarse cuando Antonio Huachaca capturó Huanta y proclamó allí la abolición de la República del Perú, recientemente conformada en 1822.
No había sido la primera vez durante el siglo XIX en que los políticos latinoamericanos propusieron proyectos similares.
En la 1ra, del canciller peruano José Fabio Melgar Valdivieso al canciller ecuatoriano Rafael Carvajal, se mostro la inconformidad del estado peruano por el proyecto (pidiendo explicaciones inmediatas); mientras que la 2da, dirigida a la cancillería de todos los países latinoamericanos, se calificó el proyecto de ser una «traición a la América y un ataque directo al Perú», haciendo interpretaciones de que García Moreno buscaba restaurar el Colonialismo y que Francia estaba queriendo expandir su Imperio colonial, amenazando a todos los vecinos y que debían unirse para defender la independencia de Ecuador.
Por lo que, antes Fabre terminase de recopilar toda la información adicional solicitada por el canciller Thouvenel, se recibió la orden del emperador francés para evitar los ofrecimientos ecuatorianos a través evasiones diplomáticas.
Por otra parte, en España dichos hechos tuvieron una recepción mixta, puesto que, aunque en el ámbito institucional se percibiría como un episodio irrelevante políticamente (sin influir a las acciones navales hechas por la Armada española en las expediciones a Chiloé durante 1866), en la opinión pública se presentó opiniones mucho más apasionantes.
En su momento tuvo simpatía por Santa Cruz y la Confederación, clasificando que su ideario era el más conveniente para los indios.
Convivió con los indígenas del lugar, quienes, vieron en Lamp al nuevo Viracocha y la posibilidad de resucitar el Incanato.
Fue proclamado y coronado como Inca en Paucartambo, llegaría reunir a unas 20.000 personas, e incluso llegó a iniciar una rebelión en 1883 contra la República del Perú (en medio de la Guerra del Pacífico) con el fin de establecer un nuevo Tahuantinsuyo, ocupando Quispicanchi y Calca, con dirección al Cusco.
Otros grupos Peruanistas no consideran necesario continuar con el derecho nobiliario ni identificarse con el Hispanismo a nivel político (aunque si a nivel cultural, optando por fundar una "monarquía nacional" que no reniegue de su pasado hispánico para fundamentar su Soberanía nacional), entre estos grupos están la Sociedad de Patriotas del Perú.
[227] El Carlismo es un movimiento monárquico español de corte Legitimista, Tradicionalista y defensor del Catolicismo político por toda la Hispanidad.
El mismo Carlos VII, tras su derrota y exilio a Francia, fue a visitar al Perú en su viaje por América, y tuvo como preceptor al peruano Monseñor Teodoro del Valle, así como hospedaje en la Hacienda Larán (Ica) de la que era dueño su acompañante, Manuel Fernández de Prada.
La idoneidad del monarca sería determinado por cumplir con una serie de 32 características identificadas entre los países más desarrollados del mundo con sus monarquías avanzadas y modernas (Monarquía constitucional), además que consideran múltiples candidatos para los posibles pretendientes al trono (incluyendo origen preinca, inca, amazónico, hispánico, o extranjero), con o sin estirpe noble comprobada, pues se buscaría fundar una Casa Dinástica nacional.